miércoles, 24 de febrero de 2010

Introducción y características principales de la lírica de posguerra


Para romper un poco el hielo, podemos comenzar introduciendo brevemente el tema de nuestro blog. La posguerra, para nosotras, es un periodo muy importante en la literatura, ya no sólo por sus características formales sino por lo que realmente nos transmite puesto que fue, no sólo en cuanto a la lírica, que es en lo que nos centraremos, una corriente muy comprometida con su ideología.

Situémonos: año 1939, Franco gana la guerra. Empieza un periodo conocido como la posguerra.

La posguerra estuvo caracterizada por el hambre y la penuria, típico aspecto después de una guerra, pero la II Guerra Mundial y el aislamiento decretado por el extranjero posteriormente fueron los detonantes de una sociedad marcada por el hambre, y la lucha del pueblo y su Caudillo por levantar nuestra Patria.

La escasa literatura de los primeros años de posguerra oscila entre el esteticismo, que ignora la realidad circundante, y la expresión de la angustia y desarraigo que la guerra ha creado.

En los años cincuenta, empezaron a tomar importancia los temas de crítica social. El resultado fue una nueva versión del realismo, tendente a la denuncia de la opresión y la injusticia.

PRINCIPALES CORRIENTES LÍRICAS, DE LOS 40 A LOS 60
Dos grandes tendencias poéticas se manifiestan en los años cuarenta:
-La poesía arraigada de corte neoclásico garcilasista (la revistas Garcilaso y Escorial serán su plataforma)
-La poesía desarraigada o existencial, de tono trágico y expresión más sencilla. (Revistas como Espadaña, Corcel o Proel serán la plataforma de los poetas pertenecientes a esta tendencia.)
  • Poesía arraigada o garcilasista
    A esta corriente pertenecen casi todos los autores de la Generación del 36 que permanecen es España y que se identifican con el régimen franquista, aunque luego se distancian de él. Las características principales de esta corriente son:
    --Una visión del mundo distanciada de la realidad cotidiana del país. Los poetas se cobijan en una existencia agradable que vuelve la vista a lo doméstico y familiar, al paisaje, al amor y las cosas bellas. Es una poesía superficial, no comprometida.
    --Una religiosidad armónica en la que Dios, como elemento fundamental de orden, les aporta serenidad y confianza.
    --La utilización de la métrica clásica que refleja ese espíritu equilibrado, retoman estrofas tradicionales, sobre todo el soneto. Más tarde, pasarán a utilizar el verso libre. Predominan los temas amorosos, religiosos y patrióticos. Abunda el tono épico-heroico, la alabanza del pasado imperial español y la identificación del paisaje castellano con la espiritualidad.
    Los autores más representativos son: Luis Rosales,Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo.

  • Poesía desarraigada o existencial
    Opuesta a la corriente anterior, tanto temática como formalmente, la poesía desarraigada cultiva una línea existencialista, que expresa la desorientación y el caos de la vida, manifestando el descontento del poeta ante el mundo. Esta tendencia poética se caracteriza por:
    --Un sentimiento de angustia y desesperación; la idea de haber sido arrojados a un mundo absurdo produce en ellos un vacío existencial. Dios no es ya un símbolo de equilibrio y serenidad, sino la única posibilidad de salvación del hombre, por lo que se dirigen a él increpándole y mostrándole el sufrimiento del mundo.
    --Abandono del ámbito personal para dirigirse a los demás, en un intento de solidarizarse con los que sufren (esto sentará las bases de la poesía social)
    --El estilo deja de ser clásico y se vuelve violento; se refleja en la utilización de un lenguaje coloquial brusco, duro y apasionado, plagado de imágenes tremendistas.
    Los poetas más relevantes de esta tendencia son: Dámaso Alonso, Vicente Alexandre, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Carlos Bousoño, Eugenio de Mora, Victoriano Cremer y Ramón Garciasol.



POESÍA SOCIAL DE LOS 50

En torno a 1950 la poesía existencial (desarraigada) evoluciona hacia la poesía social, se pasa de expresar la angustia individual a manifestar la solidaridad con los demás. Los factores sociales aparecen como elementos centrales del quehacer poético. El poeta se convierte en testigo de su época y utiliza su palabra para cambiar el mundo, tomando partido ante las circunstancias sociopolíticas de España.
En 1955 se publican dos libros claves en esta tendencia: Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos íberos de Gabriel Celaya. Ambas proponen una poesía, una lírica-testimonio de la realidad, que recoja los problemas del ser humano en su entorno. La poesía es un instrumento para transformar la realidad, poesía urgente, denunciadora de las injusticias, temas que afectan a la colectividad. El estilo es sencillo, cercano a la lengua coloquial a veces prosaica, pues pretende llegar a la inmensa mayoría. La características de la poesía social son:
--Se valora más el contenido que la forma en los poemas.
--El paso del yo (existencial y personal) al nosotros (social y colectivo) en un intento de crear una conciencia solidaria que proteste por la injusticia.
--El tema de España, tratado desde una perspectiva política.
Algunos autores son: José Hierro, Blas de Otero y Gabriel Celaya (que evolucionan desde la poesía desarraigada)

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